viernes, 18 de septiembre de 2009

LOS TIRADOS EN LA CALLE



LOS TIRADOS EN LA CALLE


Lo voy a intentar de una buena vez sé que no será fácil y la dificultad estriba en que por ser diciembre el frío acomete las pieles de todos los que nos encontramos aún con vida. Hace unos días me preguntaron que quién era yo. La respuesta fue inmediata; soy una especie de de sobreviviente de las eras pasadas . Y si no lo crees, solo mírame. Ya me faltan los dientes de en medio nunca me los he podido arreglar y es que los pinches dentistas cobras cada vez más caro. Los hueso me están fallando y de la vista mejor no hablamos. Antes podía mirar hasta allá, hasta la punta de los cerros, con mi pupíla de águila ahora para leer tengo que acercarme como aquel viejo senecto de los cuentos de Andersen .Pero eso no es lo importante, te decía del frío. Cerca de mi casa por suerte, descubro a unas personas que intentan apaciguarse del inclemente, arriba hay una luna que alumbra con fuerza y parece decirles que con su luz de intensidad les hará recordar el porque están en esa situación de calle.

Uno de mis hijos trajo hace unas noches dos paquetes de hierba mate, y aunque no somos argentinos ni orientales,ni tampoco tenemos ese artefacto para tomarlo, ese que le chupas y lo ingieres. Pues nosotros como buenos inventores de la nada, buscamos en la medida de lo posible . Pusimos a hervir un litro de agua. Cuando lo logramos con un colador repleto de estas hierbitas comenzamos a vertirlo lentamente. ¡ah… qué bueno sabe. Con este frio me dan ganas de darles un poco a los deseheradados de Dios. Al que por cierto no lo encuentro para nada. Dicen que esta en todo lugares.

Son cuatro sujetos con unos guantes que anteriormente eran sus propios calcetines. Parece que le caigo bien a uno de ellos, me llama con su mano entelerida. Como si los conociera de toda la vida el más viejo pero que aparenta ser el más juicioso me preguntó por ciertos aspectos de la vida. Me dijo que si yo había sido un tipo feliz en México. Intentó darme de su alcohol pero yo lo rechacé, mejor dame un cafecito pues´.

Sentado en una piedra que encima tenia una tabla miré en los recuerdos y a manera de la canción de Francisco Madrigal, encendí un recuerdo y me jui jumando…

Es posible que mis lejanos antepasados y buscando en la memoria y basándome en lo que me decía mi abuela debieron ser naturales del país vasco.

Supe que eran dos hermanos que se hicieron a la mar, para llegar , para hacer las Américas. Zarparon no sé de qué puerto, pero llegaron a los Estados Unidos. Sus ojos españoles debieron ver la estatua de la libertad, su antorcha.posteriormente bajaron y se dirigieron a buscar cobijo. Durmieron en un hotel de precio bajo, en unas camas con chinches.

Luego debieron de desayunar algún tipo de comida irlandesa. Lejos quedaban los caldos y cocidos, los platos de mariscos, la paella, la torta de Cataluña, sus dulces de cabra, los jamones.
No se cuantos años o tiempo trabajaron, hasta que uno de ellos que tampoco supe su nombre decidió separarse de su hermano. Buscó los caminos de América del Sur, probablemente estuvo en la Argentina, engendró hijos en Buenos Aires, , vivió en el barrio de la recoleta, inclusive con el paso de los años y los días lentos, logró hablar lunfardo, y adquirió habilidad para bailar el tango compadrón.

Tampoco se si buscó la nacionalidad Argentina, seguramente que no. Un español es difícil que se olvide de sus pueblo, de sus origen, era imposible olvidar a una grande y libre.
El otro hermano debió ser mi bisabuelo. Es decir el suegro de mi abuela. Nunca le pregunté a ella por su descripción físca, pero debía de haber sido como el promedio, peludo de brazos, cejas pobladas, nariz aguda, ojos inquisidores.

Lo que si se es que se llamaba Teófilo Arrieta. Mi abuela decía que él se buscó una novia. Tampoco tengo la seguridad absoluta de que ella fuera inglesa . Soledad Clark.

Cuando se cansaron de vivir con los gabachos, decidieron cruzar la línea. Llegaron al Estado de Chihuahua en el norte de México. De ahí volvieron a caminar hasta llegar a la sierra madre, pero ya en las tierras de Durango. Buscaron su sitio en un poblado que años atrás había fundado un militar llamado Canelas. Este sitio alejado de todo lo mundano debió ser el ideal de cualquier humano para vivir. Se cultivaba café, y frutas tropicales como la guayaba.
Ahora Canelas es distinto. Dice un obispo que ahí vive un narco traficante que se les escapó de la cárcel hace algunos años.

Don Teofilo Arrieta se dedicaba a robarse los caballos a los apaches, ellos lo perseguían en chinga loca emitiendo aterradores alaridos , con su lanzas alzadas y tirando flechas para ver si le atinaban. Cuando Don Teófilo lograba cruzar las frontera ya de lado mexicano los indios de por allá, como que les entraba cus cus. En México también había aborígenes cabrones…Estas personas eran de tan buena madera que según supe Don Teófilo se casó a los ciento 16 años con una joven de 18.Y que a esos años también se podía montar a su caballo con una facilidad que asombraba y darle para sus tunas a la joven doncella.

Luego ya con los caballos en su poder se los vendia al gobierno de Benito Juarez. Dentro de esta localidad había otra más adentro ; La Mesa de Guadalupe. En este sitio hicieron su vida, tuvieron muchos hijos, lo que no sé si fueron felices. En realidad nadie es feliz.

De estos hijos que parió mi bisabuela muchos resultaron hombrecitos y tan machitos fueron que con el paso del tiempo se conviertieron en generales.

México vivía una de las peores dictaduras que a nadie se la deseo. Poseia el poder absoluto un oaxaqueño que su apelativo era Porfirio Diaz.

Era tan grueso este señor que a los indígenas y a los que se rebelaban los manda a Valle Nacional a trabajar forzadamente ,se les castigaba corpóreamente . Incluso se les ponían unos mecates en cada uno de los dedos de las manos y acto seguido los colgaban como a treinta centímetros del suelo.

Mis tios abuelos se dedicaba a la agricultura y también hacían trabajos de minería. Mi abuela decia que se ponían atrás de los pantalones unas protecciones en la parte trasera para que no se les averiaran los pantalones. Se llamaban culeras. También realizaron su desenpeño en arriar ganado.

Contaba doña Camerina Corral que una vez acudió un chaparrito barba en medio que andaba alborotando a los gallos de todas las regiones con el propósito de sacar al dictador. Este hombre era Francisco I Madero, originario del Estado de Coahuila.

En esas estaba en plena sierra cuando se le apersonaron unos propios que Madero se extraño de que por esas regiones de México hubiera gente guera de ojos azules.
Mi abuelo el General Eduardo Arrieta León, era tan rubio que más que un general mexicano parecía un Zar ruso.

Ellos le dijeron al señor Madero que contara con ellos cuando estallara la Revolución. Que contara con diez mil bravos cuando la guerra comenzara. Y así fue, los chingadazos se llevaron a efecto, nada más se murieron como un millón de compatriotas.

Mis abuelos campesinos, nunca muertos , sí dormidos, participaron en la Toma de la ciudad de Durango, en la Toma de Torreón, y también en la de Culiacán , incluso estaban muy enojados cuando entró el general Yanqui Pershing a buscar a Pancho Villa queriéndolo matar. Que nunca lo encontraron porque Doroteo Arango, en primer lugar también era de Durango, de un sitio que le llamaban la Coyotada,y en segundo porque como decía el corrido. “ Si ellos tienen cañones de a montones, ¡ aquí tenemos lo mero Principal ¡.

Posteriormente y ya apaciguado México, los principales caudillos y militares se retiraron a la vida privada.

Mi abuela paterna Camerina Corral Viuda de Arrieta, así siempre decía, nació también en Durango, también en la Mesa. Ella era una de las hijas de un juez. Una vez mi abuela de jovencita caminaba rumbo a la tienda a compra su bastimento. Llegó al mostrador y pidió medio kilo de mantequilla, tres cuartos de longaniza, unto, café del Taste, y un tipo de pan que traian de las rancheria cercanas.

Al salir un hombre montado en su caballo quiso subirla. Ese fue el primer intento pero no lo logró. Mi abuela ya sabia de las pretensiones de este sujeto. Y por más precauciones que tomaba, no contaba con la audacia de este joven señor.

Cuando se encontraba en el mostrador un niño le entregó un papel que decía : “ Camerina, tú me gustas y te voy a robar “. Las amenazas se cumplieron y al perseverar paso con su caballo, la tomo de un brazo y en pleno galope la trepo al caballo. Mi abuela para no caer, buscó la cintura del joven, se afianzó rodeando su cintura lo más que podía. Quienes dieron cuenta de este hecho quedaron alarmados, buscaron la atención del juez que por el hecho de ser su padre también quedo asombrado.

¡ Auxilio , auxilio decía mi abuela ¡. Y en voz baja y recargada sobre la espalda del jinete decía : Vámonos Eduardo….

Mi abuela comentaba que mi abuelo el General no le gustaba, es que estaba tan güero; parecía guajolote. Eso lo decía por lo rojo de su piel.

Pero al cabo de los años ya me fue interesando. Pero a mí el que me gustaba era su hermano.
La parentela de los hermanos, se distribuyo por todas partes. Un día trataré de hacer una lista para saber cuantos Arrietas de esta misma rama somos.

Dice mi abuela que por ejemplo su cuñado El General Domingo Arrieta tuvo más de ciento cincuenta hijos. Que muchas de las veces tenia queridas en la misma calle. Incluso si le gustaban las hijas de un señor, pues a las dos se las pasaba por las armas como debe de ser.

En la vida activa mi abuela tuvo 18 hijos según su dicho, alguno se le murieron , otros fueron malas camas. Cuando mi abuela paría alguno muerto pués se levantaba ella sola y lo enterraba en aquel arbolito. Al mes y medio ya se encontraba nuevamente en estado de gravidez.
Luego vinieron los descendientes: MI padre que era el más chirriquitico a la postre resulto ser uno de los más bragados.

Mi padre, era un señor igual de rojo, su tono de cabello aún lo recuerdo, un café claro. Cuando te miraba de inmediato te imponía, Además de que era un tipo con una inteligencia notable. El si era político, sabía enfrentarse a las gentes, campesinos, ricachones. Militó yo no sé si para su desgracia en la Confederación Nacional Campesina, fue su Secretario General , en el Estado de Guanajuato cuando gobernaba otro güero ; Luis H Ducoing .

Pero de joven , me decía mi abuela era muy guapo ,casi como lo soy yo . Su estatura debía de ser como de 178. Le gustaba vestirse con guayabera, botas cortas y también le gustaba amarrarse un paliacate rojo rojo en el cuello.

Ahora la clase política de México, es de una vergüenza mayúscula que si mi padre hubiera tenido enfrente de él a esa bola de pendejos , mediocres y de refilón ignorantes , de seguro les daba unas cachetadas con bisteack.

Bueno, con el paso de los años hube de nacer. Según mi santa abuela. Lo hice en un departamento que se encontraba en la calle de Charco Azul, en el barrio de Mixcoac. Pero según mi mama, yo naci en Durango, Incluso mis papeles dicen que nací ahí.

Uno de los primeros recuerdos que tengo fue esa vez que me entró una calentura de aquellas. Mi papa entró en mi cuarto, se acerco, toco mi frente, luego me dejo un billete nuevo bajo la almohada. Luego no lo vi hasta que pasaron unos años.

Tal vez como decía Yupanqui alguno habrá rodao tanto como he rodao yo, pero le juro, créamelo que yo pensé con tristeza Dios por aquí no paso…

Ahora me encuentro con la cara triste de un perro, que intenta guarecerse de la lluvia….

Original de Alfredo arrieta ortega
Para elpueblodetierra
Para elpueblodeletras.
Nec spe, nec metu.
Sin esperanza y sin gloria.
Mexico.
07 sept.2009.