viernes, 18 de septiembre de 2009

VOY EN MI MOTO , MOTO



VOY EN MI MOTO , MOTO.



“ Entre los veinte y los treinta y cinco uno se piensa que es inmortal que anda la parca dando servicio entre la gente de más edad”
Alberto Cortéz



Allá voy veloz, en mi motocicleta Harley Davison, el pelo de mi cara se balancea de un lado a otro, mis gafas oscuras gabachas, solo acrecientan mi personalidad de hombre macho sobre todo audaz, me balanceo por sobre los automóviles, algunos me pueden mentar la madre pero no me importa soy tan rápido que ni siquiera les escucho. El estéreo de mi motocicleta lleva una música esquizofrénica de David Bowie. Siempre quise ser como él, pero mis habilidades vocales nunca lograron imponerse, la verdad que ni siquiera llegué a Agustín Lara, . Dios no quiso darme el don de la canción, pero no importa, a ver quién se atreve a correr como yo por la autopista de la verdad, donde solo la gente cabrona se atreve.

Me paro a la vera del camino y a lo lejos escudriño para encontrarme con los dientotes de mazorca de mi vieja Raquel, que buena está . Ella me mira, lleva unos pantalones de mezclilla que los gringos salieron con que ellos habían inventado los Levis, puede que sí ellos lo pueden todo. Invito a Mi dama a que se sujete por detrás de mi cintura, ella gustosa acepta y descubre unas llantillas de gordura y de inmediato me reclama, que cuando voy a hacer aerobics, que ya no es posible tolerar esa panza de borracho, callate, y ten un toque, atiza la nariz le digo y absorbe la mezcla de coca que de inmediato la transporta y descubre unas nubes quien sabe de que color, aprieta sus manitas blancas sobre mi velludo pecho y allá vamos, aprieto la manija y la Harley se atreve por esa super carretera, rumbo a Acapulco , cruza las líneas blancas como a 148, kilómetros por hora. Raquel acerca su mano y me doy otro toque. Mira solo árboles Raquelita, que chidos están, ja,ja,ja. Allá va un caballo; gánale, gánale, el pobre cuaco ni el polvo nos vió, era rosa ? Ja,ja,ja...

Oye Raquel, dónde estamos? , ¿ acostados en un camión ?, ¿ a dónde nos llevan ? Dicen que al SEMEFO ( servicio forense ), es que allí estoy muerto y junto a la Raquelita,. Me veo y tengo una pierna rota que se balancea al ritmo del camión, Raquel lleva el estómago como inflado, parece que uno de los fierros de mi amada H Davison se le enterró de lleno. Oye, despierta no quieres otro pericazo? , nadie respondió. Me incorporé, mi mano buscó por instinto mi cédula de identidad, perfecto, aquí está, también recordé que debía de llevarle a mi mamá un queso Chihuahua para hacer quesadillas, ¿ dónde dejé el queso?, Como Raquel dormía, baje mis pantalones para revisar que llevara los calzoncillos limpios, inmaculados , porque no quería dar espectáculos y que dijeran que mis chones estaban sucios, eso sí muerto pero impecable claro que sí, clarasolados...

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
6 de junio de 2005.
México.
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