sábado, 29 de agosto de 2009

1955


1955




Yo no pienso que la existencia de un hombre por la tierra sea pasajera o fugaz. Que pase sin pena ni gloria, sin dejar ningún recuerdo. Algo que nos diga a todos aquí estoy, aquí estaré siempre.

No habrá manera que después de existir digan: él no nació, pasó desapercibido en el movimiento mundial, nunca fue capaz de dejar plasmada una línea, un objeto o una frase mal elaborada.

Eso es falso, porque cuando estuve vivo me reí más de lo prudente.
Recordé pasajes de mi devenir, lloré cuando pasé horas sin alimento, medité cuando me encontraba a solas, discutí sobre política mexicana y aún tengo pensamienstos liberales.

Dentro de mi débil apariencia fui y seguiré siendo un sujeto en rebeldía, las convicciones que poseo, no me las mutilará nadie, no comparto mis opiniones con la diversidad de animales mañosos.

Me emborraché por diferentes motivos hasta marearme más de lo debido, fumé desde joven como chimenea desesperada o ferrocarril canceroso, viajé por aire y tierra a los puntos de la república mi primera escapada sin permiso, fue algo novedoso, recorrí el asfalto levantando el dedo, no recordaba siquiera si tenía padre, ese momento era afán de aventura no me remuerde la conciencia por haber desperdiciado.
Ocho días.

Soy simple compañero, porque desde el instante de la fecundación empiezo a recibir el binomio de caracteres o rasgos inequívocos para ser una nueva personalidad, adquiero pensamientos propios y ademanes, soy en pequeño, embrión aún, pero seré capaz de manifestarme, de recibir una autoeducación forzosa por que mi padre ese hombre audaz en cuestiones de política no fue capaz de forjarme en esos años anteriores.

De manera universal, he tratado de ver la situación personal apegado al sentido común.
Así pués no diré nunca que ha transcurrido esta existencia sin momentos sanos, y no aseguro que lo que hay a mi alrededor es mierda solamente.
Aún hay cosas importantes, pero debo descubrirlas.

Tengo bases sólidas para decir que soy un ente experto en lo relativo a conocerme y conocer el raciocinio humano.

Como expresé anteriormente, desde principios de mil novecientos cincuenta y cinco, comencé a descubrir mis manos, a conocer la magia de caminar y observar letreros para definir su significado comercial o cuando gritaba a mi progenitora que no me abandonara en el colegio y sufrir la angustia tremenda de mojarme completamente dentro del pantalón esperando el regaño por portarme como un asqueroso total.

Conocí a infinidad de personas y aún me faltan miles por conocer.
De algunas de ellas adquirí conocimientos, otras me han provocado coraje. De muchas me he burlado al grado de insultarlos, y clasificarlos como perros sarnosos, he apoyado con mi pensamiento a la clase que trabaja a aquél que sufre por su salario esquelético y he depreciado en muchas ocasiones el despilfarro que hacen los barrigones de la sociedad encumbrada.

Asimismo rechazo ampliamente al ignorante que se niega a aprender, a usar la rienda del conocimiento , ese en verdad lo desprecio pero también ignoro a aquél que trata de usar ese mismo saber en una forma propotente.

He sabido valorar el arte por lo sencillo y nunca he pretendido sorprender a nadie con mi supuesto verbo. Lo que digo lo digo convencido, no engaño a nadie, siempre he actuado de buena fé, no voy a decir que pongo a Dios por testigo porque definitivamente no soy partidario de ninguna religión o secta.


14 de noviembre de 1982.

Alfredo Arrieta Ortega.

México.

alfredoarrieta@terra.com.mx
gatodelperro2000@yahoo.com.mx