sábado, 29 de agosto de 2009

DE TANTO VIVIR FRENTE DEL CEMENTERIO


DE TANTO VIVIR FRENTE DEL CEMENTERIO




Deben de haber pasado ya muchos años cuando trabajaba en el gobierno de la repùblica en una de sus instituciones llamada la Secretaria de Comercio y Fomento Industrial, ahora en estos tiempos del año dos mil cuatro y mientras nos vamos terminando febrero, comencé a recordar que un amigo economista llamado Víctor, entro a paso rápido para decirme como a las ocho treinta de una mañana y mostrando en la mano el periódico la Jornada, que había muerto Alfredo Zitarrosa. Dude sorprendido mientras los demás burócratas miraban sin saber quien había muerto, algunos torpes debieron suponer que fuera un familiar mío.

Me senté para leer la información y mientras tomaba sorbos de café Do Brasil mis ojos deletreaban: Murió en Montevideo el cantor ALFREDO ZITARROSA. Este viejo periódico aùn lo conservo y como mi memoria no omite recuerdos, más bien los precisa, siempre esta presente ese día.

Ahora que recién me entregaron la computadora, pinche computadora ha estado mas tiempo descompuesta que en buen funcionamiento, descubro a la vuelta de los años otra noticia del mismo periódico y del mismo Alfredo: En Montevideo la gente habla de Zitarrosa pero nadie sabe en que cementerio esta. Es un reportaje que conmueve por esa búsqueda, primero preguntando, después ir de un sitio a otro, encontrarse gentes diferentes que dicen que no dicen. Y aparece la muerte, en todos los obvios cementerios pero es una muerte fría, de polvos, que huelen a cadáver. La impresión del cuartucho de los registros fatales: 17 de enero/89 Zitarrosa Alfredo.Sexo M.Edad 52.Nacionalidad O. Estado ;C.SEC.Jud 8. Enfermedad: Infarto intestino Mesenterico. Cementerio Fosa. Tub. Sepulcro:18/20. Coch 9. Mèdico Fernando Calleriza.

El polvo en todo, el polvo que cubre los panteones y recorre con los vientos hasta penetrar las gargantas de todos, la tristeza inevitable de la ausencia, los trajes grises y negros colgados en cualquier ropero, y ahì estàn acabandose de viejos, las otras pertenecias terrenales de Alfredo quièn las guarda, quièn conserva sus palabras, sus certeras palabras, su facilidad para describir: vidalita que vivìs a monte porque hay tanto campo vidalita tanta gente pobre. ¿Hacia que lugar parte la voz? Las ideas se multiplican en cada escucha, y hacen mella, se vuelven conciencia oportuna, a algunos hasta les parece delito decir tanta contundencia. Porque arremete?, què cosa ganò con ello, los ricos siguen en en las partes ricas y los pobres en las ciudades perdidas, aquèl campesino por ejemplo sigue doblado, sembrando y nadie lo apoya. Ahora ni las ideas de la revoluciòn llegan a nadie, puede màs una cocacola que te quita la sed que un tecito amargo. Nadie reclama, hasta los perros estàn callados, solo son sombra de lo que fueron. Aquí en Mèxico cuando un ejidatario empuña un machete nadie le hace caso, lo blande por el pavimento y al rato està pidiendole al gobierno ayuda para poder comer, o no falta el socialista que te habla de todo te convence y acaba manejando un ford, ahora nadie te desprecia un dólar, ni un juguete chino, los cerebros estàn vacios, que puede valer una canciòn si esta se encuentra en la idefensiòn?. Alfredo Zitarrosa dice?, de donde es? , uruguayo,dìgame màs sabe usted señor estoy conmovido.

Una tarde de 1982, yo, Alfredo Arrieta, me traslade de Mèxico Distrito Federal hasta el estado de Durango, y lleguè con el propòsito de acudir a una cita con mi abuela. Llegue con mi hermano Fernando y caminamos hasta el cementerio, preguntamos por la tumba de ella que habìa fallecido hace màs de diez años. El enterrador nos dijo: aja sì, la esposa del general Eduardo. Vengan muchachos y caminamos atràs de el, libramos algunas sepulturas y señalo con un dedo ahí està.

Leì la inscripción y me adentrè al recuerdo, a cuando estaba viva a lo que me aportò como abuela, no llorè nada, pero fuè una cita que le debìa.

Ahora Alfredo son huesos, o polvo quiza igual a como està mi padre Alfredo que tambièn se llamaba Alfredo y los Alfredo se van y dicen y penetran con sus voces los oidos de los sensibles de otros Alfredos tal vez iguales.

Alfredo Zitarrosa alguna vez irè a tu saludo hasta el panteón a donde estas.



Alfredo Arrieta Ortega
Febrero de 2004-02-25
Mèxico.

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