domingo, 30 de agosto de 2009

TE DIRIGES CON TODA PREOCUPACION


TE DIRIGES CON TODA PREOCUPACIÓN


Te diriges con toda preocupacion a escribir desde este asiento de avión, parecías pensar .
Cada cual en su menester, babosea por la ventanilla.
Cada cual con el incierto temor del vuelo.

Aquella tarde en tu departamento, serviste vino tinto, paladeaste el rojo licor, y mirabas como si nada las gotas de agua que golpeaban los exteriores.
La calle húmeda se encontraba.
Veías el constante titilar de los faroles.
En un automóvil volkswagen escapó; no el amor, porque suena a melodrama, a frase hecha, a pose.

Huyó con los zapatos mojados, después de la pluvial precipitación; huyó como los gatos cuando se hartan de caricias.
Tomó el paraguas semejante a un murciélago en agonía.
Y ensimismada en sus pensamientos se confundió entre los cuerpos de la calle, entre los impermeables.
Ahora que de momento, supones que así será, te quedaste solo, entre los tapices discretos y los cuadros de tu cantante en blanco y negro.

Al igual que ella, deseas salir del mundo que crearon y que ustedes mismos sepultaron.
Ya no estás seguro que este cuerpo sea tuyo, la psicología como ciencia significa algo menos que cero., porque el comportamiento que observaste durante los últimos meses acusaba un desequilibrio, en donde tus emociones no daban pie con bola.

La odiabas y la querías, la amabas pero la despreciabas.

Todo comenzó cuando llegó a ti.
Con la forma tradicional de extender el brazo.
Iniciaste la danza, el filtreo; igual al de las garzas en los pantános, y los flamingos.
La ronda por adivinar quién era, de dónde venía, hacia que lugar la llevaría el futuro.

Por suerte ni se enteró de la impresión que te causó, la belleza le nacía en las pupílas, en aquellos ojos caoba, y la armonía perfecta

Como todos, con los clásicos temores del rechazo, decidiste sin empacho mostrarte tal como eras, y no importando su estado civil, mero capricho, ni su raza, que te importan las etnias.
Nada de esto llegó a establecer en tu persona complejo alguno.
Esos complejos que portan por y para siempre los estúpidos.

Así continuó el volar entre las nubes.
El 727 surcaba el cielo, con su desproporcionado tonelaje, con la ingeniería aeronáutica a cuestas, desarrollada por años y con el logotipo comercial adherido a las metálicas alas.

El papel reposado sobre el portafolio esperaba con la misma impaciencia.
Pero una cosa es la impresión que te causara, y otra muy distinta lo que ella pensara en su interior.
No podías antecederte, ni saber si en sus momentos de soliloquio se preocupara de tu persona, tal y como va el desarrollo de la historia parece que no; pero tú la comprendes.

Sin embargo has notado en sus gestos, en su mirada, algún tipo de desconconcierto.
Ciertos instantes de tristeza por saber lo útil y a la vez difícil entregar su amor.
Además quién eres tú?
¿ Con qué derecho exiges especial cariño?

Por eso fue que llegaste a la agencia, hurgaste en el pantalón para pagar el boleto, y complacido veías como la déspota empleada sujetaba el bolígrafo para escribir tu nombre; y los datos de tu destino.

Sabías que en el espacio huirías de ella.
Pero por desgracia para el pensamiento no hay distancias.
Hoy te alejas sobre el mar, como escapan los cobardes.

Ella quedo mesclada entre las colmenas habitacionales, dedicada vitaliciamente a los hijos, para verlos crecer, para preocuparse por sus sarampiones, y sus tosferinas...




28 de Agosto de 1984.




alfredoarrieta@terra.com.mx
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México.