sábado, 29 de agosto de 2009

Carta

ALFREDO ARRIETA ORTEGA.



México D.F A 2 de Agosto de 1988.


SR MANUEL BECERRA ACOSTA
DIRECTOR GENERAL DE UNO MAS UNO.
PRESENTE.


Señor director :


No es difícil saber lo que ocultan los pensamientos de los ciudadanos del centro de la ciudad o de los lados delegacionales, a juzgar por sus aspectos deplorables, sus trajes manchados, sus maquillajes baratos, sus apariencias flacas y su actitud de desprecio para con las cosas.

Los pensamientos son iguales en hombres y mujeres, son plurales, uniformes, tales, cuando se supone que cada cabeza es un mundo, pero tal y como están las cosas no queda otra que pensar de la misma manera. Y todos son iguales, ya sean bomberos o policías, son pensamientos plurales.

Uno se tropieza y se cruza entre ellos, y ellos se confunden entre ellos mismos, uno los riñe y hasta los considera. Observa el del particular asunto los rictus de sus caras, sus angustias de todos los días, sus bolsillos rotos.

No hay sonrisa, ni siquiera disimulada, cada cual en su batalla, lucha y vive o pretende conservar la especie a pesar del sida o las apariencias de clase media. Y sí yo quiero ganar estatus, “ ignorantes e ignorados crecemos y nos multiplicamos “. Cuando salgo a la calle, ya sea Gante, Perú o Bolívar, descubro que los olores de la casa y de la escuela son diferentes, aquellos eran sabor a cocina, el abecé simple fantasía.


Ahora la enseñanza de superior y de postgrado. Los pesos son centavos y se escapan veloces, los pájaros caen cuando llega el frío la gente muere a puñaladas, muere aceitando las maquinarias de las mentes perversas de la CTM, muere acosada por las computadoras, muere colocando los estrados para que otros bailen, colocando a duras penas las antenas para poder contemplar los estúpidos televisores.



Somos dos ejércitos : uno distinto, el otro extraño. Liberales y conservadores, tiranos y sometidos. Los primeros se clasifican como caracoles babosos, los segundos como pájaros de cuenta, que saben la importancia de la patria y la bandera. Somos distintos, el personaje de lujo, el gusano de seda, y disntintos porque los otros, lombrices tristes de tierra, conformes, apocados, grises ya sabemos lo que pensamos.

Somos diferentes de parecer y carácter, ellos son ortigas; nosotros flores. Cuando fallecen los segundos, un solo cajón de pino viene a ser su morada perpetua. Su acompañante pudiera ser el obrero. Loe ejércitos contrarios son ajenos, son otros, preocupados por saber el cómo y de qué manera...


Alfredo Arrieta Ortega.