sábado, 29 de agosto de 2009

EL TORO DIMINUTO



EL TORO DIMINUTO

Salvador Dalí


Esa fría madrugada de enero de 1943, tu cuerpo se encontraba en sueño profundo, estabas en la posición fetal, enroscado y con las cobijas cubierto. En la habitación verde oliva se podía percibir un olor a encierro, nunca ventilabas el cuarto, y no lo hacías porque decías que al abrir las ventanas o las puertas, se salían los ángeles que te protegían. Tal vez sea verdad o mentira, pero el caso es que el medio ambiente era de tales atmósferas.

En ese sueño de profundidad absoluta llegó primero un ligero ruido que provenía de una caja, miraste su procedencia, te levantaste paulatinamente y en pleno disparate, abriste la pequeña caja. De su interior saltó hacia la cama un pequeño toro que embestía por todas direcciones. Sus cuernos afilados lograban rasgar las cobijas y sábanas. Entretenido colocaste una toalla a manera de ruedo y con un pequeño pañuelo que usaste a manera de capa , lo comenzaste a torear. ¡ Y olé ¡ ¡ Y olé ¡,. El animal bravo no cesaba en su furia , corría por todas las direcciones posibles en busca de tu mano que en la primera oportunidad lograría rasgar. Y Así fue , en un descuido en la faena , acometío con tal fuerza que te clavó su diminuto pitón en la palma de tu mano . Lo enterró logrando causarte una hemorragia , tu mano se cubrió de sangre que por momentos se tornaba oscura y escarlata .

El toro diminuto no tenía más estatura que la que tiene un gato , era como un gato con cuernos , pero era un toro , un toro negro cuyo origen se dio en aquellas mutaciones que lograron científicos en los campos españoles.

Lo tomaste de su cuerpo entero y lo colocaste nuevamente en la caja de cartón , el toro no cesaba de bufar , su enojo era muy grande .
Calma le decías , pero el animal no entendía , así que sacaste tu navaja suiza y de una enorme tajo se lo hundiste en en lomo , haste que el toro diminuto comenzó a sangrar por oídos , y orejas , quedó muerto en un charco de sangre que tu con tu dedo comenzaste a lamer lentamente , con un salero próximo le diste sabor...


Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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México.