EL CINE WESTERN
Una bala cruzó veloz. Surcó el aire en una fracción de segundo para ir a alojarse al pecho corpulento de Jack.
La ira desencadenada de su agresor se sentía en el ambiente, el polvo se acurrucaba en la nariz y ojos.
El sol en pleno cenit era mudo testigo de la tragedia, por fin lo había cazado, muchos años de búsqueda. De California a Texas, su cuerpo aún caliente estaba al rojo vivo, un guantte sucio se posó en su pecho para comprobar que tan efectivo y acertado había sido el disparo.
Por años llevó consigo esa inevitable sed de venganza que llevaba dentro de su interior, jurando por sus padres que solamente lo perdonaría hasta verlo dentro de una fosa o ver a un buitre comiéndoselo.
Saciando sus instintos bárbaros, se encaminó lentamente a su potro, una ligera línea se dibujaba en la arena debido a lo pesado de la espuela.
El bullicio se hizo patente, un grito enérgico se impuso entre el murmullo. ¡ Corte¡, todos se felicitaban y preguntaban al mismo tiempo que quién era ese excelente actor, sin duda un gran acierto del cineasta.
Jack seguía inmóvil, alguien le golpeaba suavemente las mejillas, el cuerpo se encontraba pálido y caliente, el nerviosismo se incubó en todos, sangre, sangre de verdad¡
A quinientos metros el homicida se detenía, bajaba del animal con pasmosa lentitud, abordó un vehículo detenido en la carretera y con insana satisfacción gritaba, por fin, por fin, al mismo tiempo que arrojaba por la ventanilla el arma asesina...
8 de abril de 1981.
Alfredo Arrieta Ortega.
México.
alfredoarrieta@terra.com.mx
gatodelperro2000@yahoo.com.mx
Una bala cruzó veloz. Surcó el aire en una fracción de segundo para ir a alojarse al pecho corpulento de Jack.
La ira desencadenada de su agresor se sentía en el ambiente, el polvo se acurrucaba en la nariz y ojos.
El sol en pleno cenit era mudo testigo de la tragedia, por fin lo había cazado, muchos años de búsqueda. De California a Texas, su cuerpo aún caliente estaba al rojo vivo, un guantte sucio se posó en su pecho para comprobar que tan efectivo y acertado había sido el disparo.
Por años llevó consigo esa inevitable sed de venganza que llevaba dentro de su interior, jurando por sus padres que solamente lo perdonaría hasta verlo dentro de una fosa o ver a un buitre comiéndoselo.
Saciando sus instintos bárbaros, se encaminó lentamente a su potro, una ligera línea se dibujaba en la arena debido a lo pesado de la espuela.
El bullicio se hizo patente, un grito enérgico se impuso entre el murmullo. ¡ Corte¡, todos se felicitaban y preguntaban al mismo tiempo que quién era ese excelente actor, sin duda un gran acierto del cineasta.
Jack seguía inmóvil, alguien le golpeaba suavemente las mejillas, el cuerpo se encontraba pálido y caliente, el nerviosismo se incubó en todos, sangre, sangre de verdad¡
A quinientos metros el homicida se detenía, bajaba del animal con pasmosa lentitud, abordó un vehículo detenido en la carretera y con insana satisfacción gritaba, por fin, por fin, al mismo tiempo que arrojaba por la ventanilla el arma asesina...
8 de abril de 1981.
Alfredo Arrieta Ortega.
México.
alfredoarrieta@terra.com.mx
gatodelperro2000@yahoo.com.mx
