EL ENFERMO.
De nueva cuenta estoy a punto de caer, siento como si el aire faltara, como si el día se volviera noche.
Escucho los violines y tambores, el solo de boca.
No puedo decir que la recolección de sonidos me dan agrado.
Quiero jurate que me desespero, dan las siete y estampo en esas tiras de hule, la canción de moda.
Y paso el tiempo, el sueño de mi corazón, la batería y la música de festival.
Da la hora de ingerir jarabe, escucho la flauta y el sax.
Por la mañana me siento pobre, debido al trato que dan al burócrata, subo y bajo, entro y salgo, me ordenan colocar el termómetro bajo la axila, y sin conocerme evade el diagnóstico, hasta que yo incisivo pretendo saber que tengo.
Siento más la pobreza, al solicitar la medicina; frascos y pastillas.
Supuestamente me alivio, continúo con la Orquesta Sinfónica de Cuba, los versos de Efraín Huerta y mis calores.
Oigo las castañuelas y las guitarras, el sonido franco español se expele por las bocinas.
Espero algunos minutos para salir a la calle.
Alfredo Arrieta Ortega.
26 de marzo de 1984.
México.
alfredoarrieta@terra.como.mx
gatodelperro2000@yahoo.com.mx