sábado, 29 de agosto de 2009

EL HOMBRE


EL HOMBRE




Se hallaba un hombre plácidamente leyendo libros de fantasías, y se encontró con cien mil razones para asustarse por todo el día.
Quiso ser hombre y estos son bestias, ser poeta más no pensaba, quiso ver mundo y vivía sin ojos tuvo cien años; agonizaba.

Sus males fueron respiratorios aseguraron cuatro doctores, mirar los diarios, quién no se espanta, de respirar fétidos olores.
Quiso volar, ya existían aviones para aliviar sus malditos males, solo aquí fluyen como agua en llave aquél río negro, y los capitales.
Salió a la calle bien asustado sin amarrarse los dos zapatos, el panorama estab derruido es un imperio desmoronado.
A quién quisiera usted preguntarle porque no pudo ser lo que quiso, siempre se ha visto perjudicado la prueba es clara, ahora le explico:

Sí su país lo tienen exterminado no pueden brillar nunca las flores, a quién podremos hoy reclamarle se han retirado ciertos ladrones.
Se han acabado las garantías pero los bancos son nacionales, a juntar pueblo para llenarlos lo que extrajeron esos vivales.

De que le sirve pedirle a aquellos recapaciten en us lealtades, sí están arriba pasando el río no quieren dificultades.


Marzo de 1984.

Alfredo Arrieta Ortega.
México.

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