sábado, 29 de agosto de 2009

EL SEÑOR TRAPO



EL SEÑOR TRAPO


Anoche tuve el presentimiento de que no era nada ni nadie. Sin embargo esa posibilidad ya la sabia. Y la sabia desde aquella ocasión de cuando era un chaval alguien me dijo ignorante. Y era verdad, si alguien me preguntaba de que estaba constituído el genoma humano, pués ponía mi cara de pendejo y me quedaba callado.
En otras ocasiones entré en una alegata sobre el discurso del método y terminamos en situación de que René Descartes no sabía absolutamente nada de nada .
Pero a decir verdad , este sueño si me dejo en calidad de piltrafa. Primero vi perecer a Irma Serrano, y hasta estaba contento, por fin se acabarían un cien por cien de vulgaridades. Vi , en ese limbo, unos jóvenes que corrían y saltaban con alegría, iban bebidos , sus miradas estaban dilatadas, parecían miradas de gatos.
Y como yo voy corriendo por entre los montes y por entre las llanuras de la selva de hierros y todas suerte de laberintos, me coloco en la posición de notario público y en la calle de Felipe Villanueva, en la peligrosa Ex hipódromo de Peralvillo, descubro un sujeto sexagenario que lleva en la empuñadura de su mano un garrote y se da al procedimiento de romper los vidrios y espejos de un camión repartidor de papas fritas . El vejete grita como si fuera un habitante del averno, tira madrazos y madrazos. Luego espera que salga el conductor y le propina golpes en su espalda. Yo lo miro y por momentos me dan ganas de emprender contra él . Pero lo dejo pasar, ahora mis preocupaciones son de otro tipo, ya me canse de ser el pinche Robin Hood, el defensor de la clase obrera .
Ahora ya no tengo armas ni herramientas para librar tales batallas, la saliva y la neurona se acabó. Ahora son un señor de trapo, que cualquiera agarra para limpiar los deshechos . Lo mismo me usan para representar un papel político como presidente nacional del PRD, que para limpiar una mancha de semen del vestido de Mónica Lewinsky, que para quitar la pelusa de saco de López Obrador, que para quitar la caca del pañal del nene que acabe de nacer .
Me usan para todo tipo de cosas. En una ocasión hasta fui trapo para sacar brillo de los zapatos de los altaneros. También para limpiar las leyes al vapor, para dar una frotada a la calva de algún senador de la república o cuando se pueda derramar una cocacola .
Soy un triste miserable que nunca tuvo el enojo de no dejarme dominar por los pensamientos de otros. Cuando hablo no soy yo , es la cara de otro hipócrita que habla por mí, yo soy un trapo, una especie de nada , de tejido de nada . Me ponen un poco de agua y limpio las conciencias del imbécil que gobierna, del tipo que te atraca. Le limpio la cara a Satanás y al Dios cristiano , al santo y al profano. Soy un trapo de tela corriente, tejido en las maquinarias de algún pederasta libanés,ni a mezclilla llegó .
Voy de mano en mano, hasta el uso desmedido , llevo las manchas de todos los lodos . Mi manos y mis dedos son hilachos de trapo, de trapo raído, sin puntas ni dibujo alguno .
Alguna vez contuve el asco y el vómito de cierto borracho, lo limpie porque ese era mi papel en esta vida, limpiar las caras y las bocas de los borrachos, limpiar las bocas de los que escriben, de los que hablan en bla, bla, de los que zurran por las bocas, llámese Navarrete, o llámese Víctor , o quién tenga el poder de meterme en esparadrapo en la boca de algún impertinente. Por eso soy trapo, para esos sirvo, mis palabras son de trapo, mi piel es de trapo, soy un señor perfecto de trapo.
Original de Alfredo Arrieta Ortega .
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México.